el calor de su mirada,
una voz, en mis oídos,
con susurros, con palabras.
La nostalgia del silencio,
del calor de su constancia,
el saber, en su trabajo,
construyendo, sin falacias.
La nostalgia del sonido
del calor de sus andanzas,
su camino, que sin barro se le abre…
con presente, con mañana.
Villacañas, 6 de noviembre de 2009.