Que había más
siempre lo supe
de tus ojos, detrás.
¿Cuánto?, no lo sé
pero más que en otros
seguro lo tuve; era fe.
Pasados los días
se confirma mi historia,
y tus letras
copan sitio en mi memoria,
desplazando lo que sé
hacia el lugar de lo seguro.
Era cierto; no era fe.
A Raquel, mayo 1999.