“No hay peor barrera para el crecimiento humano
que la rigidez del nuestro pensamiento.
Nosotros mismos somos siempre
nuestros propios y más dañinos limitadores”.
“No hay peor barrera para el crecimiento humano
que la rigidez del nuestro pensamiento.
Nosotros mismos somos siempre
nuestros propios y más dañinos limitadores”.