Han pasado ya los primeros días desde el final del Festival Internacional de Percusión PercuFest 2014, y tal como algunos padres me han comentado, existe el «trauma post-percufest». Aun añoro como decía Pepe Alepuz, los conciertos de las noches, las clases, las sesiones de ensembles, la batucada, las risas en los pasillos, las meriendas y descansos. Hemos sido capaces de convertir cualquier momento, cualquier acto, cualquier lugar de La Font de la Figuera, en una herramienta educativa y de perfeccionamiento personal. Esa morriña hacia todo lo vivido es lo que me lleva a escribir, a plasmar en papel digital, esta memoria emocional que año tras año, curso tras curso, PercuFest tras PercuFest, va configurando la «deriva» de mi trayectoria como educador, como músico, como persona. Este acto me ayuda a revivir lo acontecido y a fijarlo para siempre en mi propia memoria emocional.
Es evidente que el PROYECTO PercuFest funciona. Cada año nos lo demostramos a nosotros mismos y cada año el propio PROYECTO se encarga de llevarnos a lugares educativos que nunca hubiéramos sospechado. Sí, el PROYECTO está tomando vida propia. Se autoregula, se configura y solicita año a año nuevas necesidades educativas para mantenerse estable, consciente y vivo; en cada nueva edición renace. Además, nos modula a todos en su propio crecimiento, a los alumnos y alumnas, a los monitores y staffs, a los profesores, al propio Hilari, e incluso está consiguiendo transformar la sociedad fontina, convirtiéndola en parte de su propio ADN.
Pero, ¿qué es realmente este proyecto?, ¿cómo definirlo?, ¿por qué llega a diferenciarse tanto de otros cursos de formación musical en el periodo estival?
La diferencia, ¿son los alumnos?, ¿son los profesores?, ¿son los contenidos? No, esas realidades no son la diferencia. Alumnos, profesores y contenidos musicales y percusionísticos hay en todos los cursos de verano.
¿Entonces?
Existe un secreto, un truco, un porqué. La respuesta a ese enigma es el CÓMO; no el quién, ni el dónde, y ni el qué, si no el CÓMO.
- Cómo se relacionan los alumnos con ellos mismos, con sus compañeros y con los profesores.
- Cómo consiguen vivir el escenario.
- Cómo están planteadas las sesiones; las clases, los ensayos, la batucada, el concierto final.
- Cómo viven PercuFest los profesores, tanto los recién llegados como aquellos que aterrizan por primera vez.
- Cómo plantean el acceso a los objetivos, a los contenidos y cómo desarrollan las sesiones.
A esto hay que añadirle algunos secretos de cocina que no me importa desvelaros hoy, después de tantos años escribiendo sobre este PROYECTO.
- No existe la comparación educativa. Cada uno de vosotros es quien es, y se le valora por sí mismo, sin referencia a nada ni a nadie.
- Todos somos iguales y a la vez, absolutamente diferentes. Todos tenemos un valor infinito. ¿Quién se atreve a ponernos precio?
- Lo primero es el desarrollo emocional, después el social y por último el cognitivo.
- La familia, la tribu y cuando nos sentimos seguros, somos felices desarrollándonos.
- Y los límites los ponéis vosotros. Jamás limitamos a nadie por su pasado o por su presente. Nadie conoce el futuro, por eso, apostamos ciegamente por él.
- Crece, crece, y crece… y me harás feliz… y yo creceré contigo.
- No tengas miedo a lo desconocido. Lo desconocido es una aventura. Vive, vive y vive… y me llenarás de vida… y viviré contigo.
Si a todo lo anterior le añadimos interdiciplinariedad, entrega absoluta, ilusión, nuevas tecnologías y máxima formación del profesorado, tenemos los ingredientes perfectos para poder cocinar algo extraordinario, algo que es imposible que pase desapercibido, que nos deje indiferentes.
Quizás queda una cosa más: dejar huella para la posteridad y hacernos presentes en las redes sociales, porque de lo que no se ve, no se habla; y de lo que no se habla no existe. De eso se está encargando Oroneta AudioVisuals y francamente, me quito el sombrero.
Por todo ello sólo puedo deciros: G R A C I A S.
¿Lo hacemos juntos?
Mil abrazos sinceros desde La Mancha.
Antonio.
P.D. Os dejo este regalo. Es PercuFest en estado puro.
Reflexiones post-PercuFest
Elena Peris Zahonero. (Enviado el 1 de agosto de 2014).
Ya eran demasiadas las voces que me repeti?an que no podi?a pasar un verano sin que participase en el PercuFest. Y ciertamente, por edad ya me quedan pocos an?os para que pueda asistir. Asi? que por fin puedo decir con orgullo que este an?o ya no me lo cuentan, que ya lo he vivido.
El PercuFest es mucho ma?s que mu?sica, es algo que quiero dejar claro. O quiza?, desde otro punto de vista, la mu?sica es mucho ma?s de lo que creemos que es, y ahi? esta? el PercuFest para hace?rnoslo ver. Por eso, ma?s alla? de las clases ma?s individualizadas que hemos recibido, que han sido muy enriquecedoras y fuente de muchos recursos, me gustari?a centrarme ahora en dos grandes conjuntos: la batucada y la Danza del Sol.
Es muchi?simo ma?s complejo de lo que pueda parecer desde fuera juntar a 80 personas para actuar juntas. Y no me refiero u?nicamente a escuchar a 80 tocando a la vez, voy ma?s alla?: conseguir crear con todos nosotros un colectivo que funcione como un u?nico bloque compacto, como uno solo. Nadie es ma?s que nadie, ni menos que nadie.
Creo que este objetivo se consigue cuando entre todo este colectivo existe una complicidad, un vi?nculo, o como por aqui? se dice, como una gran familia. El hecho de que convivamos juntos una semana entera facilita mucho las cosas. Por lo tanto el resultado musical que se obtiene es ma?s que bueno, mucho ma?s. Esta convivencia, adema?s, deviene sin presiones y sin rivalidades, algo que por desgracia cuesta ver en el mundo de la mu?sica profesional.
Demasiadas veces escuchamos a nuestros profesores decirnos la obviedad tan grande de que “la mu?sica no es so?lo tocar notas” ¿Por que? se tiene que recordar tanto esta frase? ¿Por que? se tiene que repetir tantas veces la relacio?n de la mu?sica con los sentimientos, o que es un lenguaje universal?
Gracias a proyectos como PercuFest creo que se consigue entender todo esto un poco mejor. Cuando baja?bamos lentamente los brazos tras sonar el u?ltimo acorde de la Danza del Sol, fuimos plenamente conscientes de lo que es la Mu?sica, y de todo lo que la rodea. Se trata de algo bastante complicado de describir u?nicamente con palabras, asi? que quiza? lo mejor que puedo hacer con los lectores para que sepan a que? me refiero, es remitirles a lo que indicaba al principio de esta memoria: Que no os lo cuenten. Venid y vivirlo vosotros.
PD: Pese a que el final del texto haya quedado ma?s o menos “redondo”, siempre quedan bordes imperfectos. El PercuFest es un gran proyecto, por lo que no seri?a de mi agrado ver que con el paso del tiempo pudiera perder calidad, o quedarse “estancado”. Por ello considero que debe estar en constante renovacio?n y evolucio?n para atender a las nuevas exigencias y mejorar siempre, asi? como para resolver de manera adecuada los problemas o complicaciones que hayan podido surgir en ediciones anteriores. De ese modo podra? seguir manteniendo su logrado nivel, y continuar su ya largo legado.
“¡Superabrazo! ¡Superabrazo!” 😉