que se esconde en su sonrisa,
que se ancla en mi mañana.
Un fragmento de alma
que se escapa de sus labios
tatuado en mi mirada.
Un atajo directo
al lugar de los secretos,
al murmullo de las hadas.
Una palabra,
un beso,
un suspiro sin lamento.
un suspiro sin lamento.
Una REALIDAD soñada.
San Valentín
Tembleque, febrero de 2012.