Hay muchas formas de mantener viva la existencia más allá de lo vivido. Las fotos como recuerdos plasmados en papel o simplemente garantizando las conexiones sinápticas en la memoria…
Yo soy de los que olvidan fácilmente pues la actividad diaria me hace mandar a la sala de lo realizado todo aquello que ya es pasado… lo nuevo tiene prioridad.
Por ello decidí crear una memoria «emocional» gráfica. Una carpeta de cartón donde he guardado todo aquello que jamás debe olvidarse; todas aquellas palabras amables o no tanto, que de una u otra forma han llegado a mis manos de todos aquellos que habéis sido mis discentes.
Ahora esa carpeta acartonada y cubierta de polvo revive y se convierte en numerología, ceros y unos; se renueva a diario ya sea por mí, o por todo aquel que navegue, bucee o se zambulla en el espacio virtual.
Os muestro el legado de las emociones que día a día me anima a seguir colocando mi primer pie, tras el sueño, en el suelo.
Este texto me lo regalaron Fabian y Julia al finalizar el cuarto nivel de los talleres de desarrollo auditivo.
Taller de desarrollo de la apreciación musical auditiva.
¿Qué decir de estos cuatro talleres?
Cuando empezamos casi teníamos orejas (zapatillas), pero poco a poco sabiendo escuchar y aprendiendo a oír, hemos entendido un poco más las obras. El oído va siendo un sentido que te puede transportar a un montón de sitios, situaciones, etc…
El primer día, decíamos “qué nos irá a contar este hombre”. Salimos contentos y entusiasmados y con ganas de volver. Entendiendo la música aunque sea un poquito, te engancha mucho.
¡A por el 5 nivel!
Familia Lillo (Padres).
Este otro me lo ha enviado Rosa Corrales, y emocionalmente es muy bonito lo que dice.
En esta época en que nos ha tocado vivir, uno de los tesoros más preciados de nuestra sociedad es “el tiempo”… siempre andamos con prisas… y dejamos a un lado esa transmisión de pensamientos y sentimientos… por eso mismo, por la falta de tiempo; pero hoy quiero regalarte parte de “ese tesoro” y dedicarte un ratito, es lo menos que puedo hacer para agradecerte tantos y tantos momentos que tan desinteresadamente nos has dado a nosotras.
Ha sido una experiencia muy gratificante asistir a tus cursos, ahora Britten es para mí la canción del verano, y forma parte de la banda sonora de mi coche. Evidentemente como madre de alumna, ya había tenido la ocasión de conocerte y oírte… En fin, “un dire” majete y muy enrollado, pero ha sido ahora después de asistir a tus cursos cuando he sentido la tranquilidad y la certeza de que tengo a mis hijos en buenas manos y como ya te comenté en una ocasión, para una madre, eso no tiene precio. Esto en cuento a sentimientos se refiere.
Académicamente el saber que no sé nada ha sido una evidente conclusión, además el compartir el entusiasmo de mi hija y la ocasión de enseñarle lo importante que es disfrutar de una clase a tope… saborearla… vivirla… y que ganar más o menos puntos no es lo más importante, aunque no hay que rendirse y luchar por ellos, pero que la esencia más auténtica es intentar sacar el máximo partido a lo que tú nos ofreces y regalas…
En fin, ahora ya sé que se dice “FUGA” y no “ESCAPE”. ¡¡OJALA!! Sigas transmitiendo tu energía con tanto entusiasmo, a mí personalmente me has tocado, y espero que sigas inventando y enseñando y que cuentes con nosotras para esta misión.