Sobre la Música

Artículo editado en el programa de Ferias y fiestas de Villacañas en agosto de 2004.

     Hace unos días me propusieron escribir este pequeño apunte sobre la MÚSICA. Creo que la mejor forma de poder acercaros a este “mundo sonoro” es a través de mis propias sensaciones, de mis vivencias, de mis ilusiones…

     La MÚSICA para mí representa una forma de vida. Tiene su propia disciplina y si entras en contacto con ella y le permites asentarse en tu interior, hará de ti un nuevo ser que percibe y que se relaciona con el mundo de forma diferente.

     Es como una especie de medicina general, como aquella “okal” de nuestras abuelas ue valían para casi todo. Elimina el “reuma“ del corazón, anula las cicatrices del alma, diluye los quistes sociales haciendo de las personas seres más humanos, porque la música es más humana que el propio hombre y encierra el secreto del equilibrio de la perfecta sociedad.

     La MÚSICA es el sonido del viento en mis oídos, es la voz de la naturaleza gritándonos que nos integremos en su seno. Ambas, Naturaleza y Música, nacieron juntas y ya estaban aquí cuando nosotros aparecimos.

     También es la sonrisa de mis hijos cuando miran al infinito, cuando observan sin temor aquello que se les acerca, cuando las imágenes del recuerdo surcan mis ojos de la memoria y una mueca de satisfacción alumbra mi cara.

     Es el hada buena disfrazada de viejecita pordiosera, aquella a la que todos detestan, pero que como todo ser en este planeta encierra una verdad única, un secreto que clama a voces ser descubierto.

     La MÚSICA no somos ni tu, ni yo, la MÚSICA somos todos, porque todos somos infinitas partículas en vibración y todo lo que vibra es MÚSICA. Se puede ver, se puede oír, se palpa, se huele, se paladea… es el cuadro de más luz, la palabra de la madre, el contacto con tu piel, el perfume de la vida, los sabores del sentir…

     Son alas en tus pies, en tus manos, en tus ojos. Aquellas alas que te permiten imaginar y recrear mundos que jamás nadie ha llegado ni siquiera a intuir. Puede llegar a ser callada, serena, austera, el desierto para mi necesidad de soledad, y la algarabía, la fiesta, el gentío bullicioso de mis momentos de alegría. Disfrutad de estos días de fiestas y de los que vengan después y recordad que en todos los momentos os estará acompañando esa segura y fiel compañera: La MÚSICA.

 
 
 

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