
Para lograr este objetivo de difusión cultural marimbística en nuestro país, es necesario crear un repertorio propio. En tal caso Antonio Domingo ha necesitado la estrecha colaboración de siete compositores españoles, que han puesto sus imágenes sonoras al servicio de este exótico y enigmático instrumento. Diversas generaciones de jóvenes y no tan jóvenes creadores musicales, conviven en este proyecto a través de “una” marimba, conjugando un concierto que muestra la diversidad de estilos y el momento tan fructífero que vive la composición contemporánea actual. Estos siete jinetes de la grafía musical son: O. Caravana, J. L. Besada, J. Jacinto. J. Media, Z. de la Cruz, C. Cruz de Castro y T. Marco.
Una apuesta ubicada en los límites tanto del instrumento como del instrumentista, en esa frágil línea que separa lo casi imposible del absurdo, una propuesta que nos intenta hacer conscientes de la importancia que tiene la puerta que se está abriendo hacia unos nuevos horizontes sonoros en nuestro país.
La cita es este viernes 20 de enero de 2006, en el Círculo de Arte de Toledo».
«Esta obra para marimba y… está escrita durante la primavera y el verano de 2004 a petición de Antonio Domingo que me ilusionó en su proyecto. Él había interpretado ya otra obra para dos marimbas, Anaconda, compuesta hace ya bastantes años. En aquella ocasión la alusión a la gran boa americana indicaba el serpentear de la música y su fortaleza interna así como a un ambiente más bien selvático y calurosamente húmedo. De la misma manera, la imagen de la lluvia en las selvas tropicales me acompañó durante la ideación de la nueva obra que ha tenido al final este título por esa razón y por un sistema de composición que pasa por el establecimiento de un sistema de escalas a las que se aplican ciertos procedimientos matemáticos, a veces incluso fractales, que permiten una distribución casi estadística de las notas, a la manera de las gotas de la lluvia.
La obra exige un importante despliegue virtuosístico por parte del solista pues no sólo hay que atender a una velocidad y a una rítmica complejas sino también a un tratamiento tímbrico que afecta a las baquetas y a la articulación para obtener un máximo de sutileza en la producción del sonido. También tiene una difícil configuración gestual y de ordenación ya que no sólo se toca la marimba sino también algunos instrumentos de boca que se insertan en el panorama tímbrico general y que añaden no sólo atractivo sonoro sino también dificultad interpretativa, una dificultad que no es caprichosa ni virtuosística por si misma sino que contribuye al resultado sonoro.
La obra me acompañó durante varios meses y la alternaba con la composición de la ópera de cámara El caballero de la triste figura de la que me servía de aireación y con la que comparte algunos elementos (especialmente en el episodio de la vela de armas) aunque técnica y estéticamente son obras radicalmente distintas. Aquí he intentado aportar un pasito en el caminar de la marimba española aún sin demasiado repertorio».
«El 20 de diciembre de 1998 se celebró en el Teatro Real de Madrid un concierto homenaje a Félix Hazen con motivo de cumplir 50 años al frente de la conocida casa de pianos que por nombre lleva tal apellido. Un grupo de nueve compositores le dedicamos otras tantas obras para diferentes dotaciones instrumentales, y para esa ocasión compuse un Estudio para marimba de cinco octavas que fue estrenado por Juanjo Guillem.
El segundo y tercer Estudios para marimba están dedicados a Antonio Domingo y han sido compuestos en Madrid en el presente año 2004″.
“Ausencia” nos muestra el momento en el que el personaje central de la ópera, un bailarín- angel, desaparece a través del agua. Ausencia, desaparición, muerte…
La elección de la marimba como instrumento para esta danza se debe a su diversidad tímbrica, y a su posibilidad de realizar secuencias rítmicas rituales y pianísimos realmente expresivos. Todas las danzas están construidas en torno a un grupo de intervalos que relaciona los sonidos, tanto vertical como horizontalmente. Una estructura sustentada en el número áureo rinde las proporciones de la obra. Esta obra está dedicada con todo mi afecto y admiración al percusionista Antonio Domingo».
La armonía inicial y su desarrollo conforma esta obra y su proyección temporal da forma a estos ocho minutos de colores de madera, maderas oscuras, tropicales, maderas de ébano.
Esta obra está dedicada al percusionista Antonio Domingo». Podéis descargárosla gratis en este enlace: ENSUEÑOS DE ÉBANO.
Elementos que evolucionan de forma subjetiva por medio de los posibles timbres o aromas que desprenden las maderas al ser percutidas. Estas continuas transformaciones de los timbres nos llevan a la sección final, donde los suaves aromas iniciales vuelven evolucionados hasta nosotros».
AHU de José Luís Besada, para Marimba de cinco octavas. Este joven compositor nos comenta que:
“Ahu” se inscribe en un grupo de obras de inspiración funeraria que recientemente estoy componiendo y proyectando. Los ahu son plataformas funerarias de piedra volcánica que se comenzaron a construir junto a la costa en la Isla de Pascua aproximadamente a partir del siglo V d.C. Pronto estas construcciones fueron adornadas, como símbolo del poder de los clanes, con las famosas estatuas que hoy son signo de identidad de la isla. Estas velaban, con su severa mirada, la seguridad de los hogares y tierras del clan, al tiempo que protegían los cadáveres.
«El chakkradar es un tipo de composición para tabla, el cual utiliza, en este caso, como base rítmica el tintal, el primero de los diez talas o ritmos más comunes de la zona norte de India.
La filosofía hindú de la música se basa en supuestos metafísicos. El sonido se iguala con la estructura del universo y la conciencia universal y ésta, queriendo hablar, despierta la mente. La mente sacude al fuego constante en el cuerpo y ese fuego sacude al viento. Luego, ese viento constante en la región de Brahma, levándose por los senderos ascendentes, manifiesta el sonido en el corazón, la garganta, la cabeza y la boca».