La obra nace como regalo para Noel, Sara, Carlos, Neréa y Pablo, cinco alumnos de la Escuela Municipal de Música “Maestro Barbieri” del Ayuntamiento de Madrid. Compuse la obra como continuación del desarrollo percusionístico de estos cinco chavales, como ampliación de sus horizantes sonoros. En esta ocasión, debían tocar juntos en un grupo de cámara de percusión. Cada percusionista cuenta con un instrumento de metal (yunke o disco de freno, o viga de hierro, o cualquier otro similar) y un tom-tom. La rítmica es relativamente sencilla, pues lo que se busca es el acercamiento a la música de ensemble de percusión. Las necesidades de material son iguales para los cinco instrumentistas: Un metal agudo y un tom-tom agudo. Un metal medio-agudo y un tomtom medio-agudo. Un metal medio y una tom-tom medio. Un metal medio-grave y un tom-tom medio-grave. Un metal grave y un tom-tom grave. Dificultad: Grado Elemental.